La tragedia del sistema eléctrico de Margarita
En una isla con infraestructura eléctrica de sobra para brillar, la ineptitud y opacidad de CORPOELEC dejan a los locales expuesto a los apagones de forma permanente
“La crisis eléctrica de noviembre es la más crítica que yo recuerde en Margarita”, cuenta Alberto, quien vive en la isla desde 2017. “El gobierno anunciaba ocho horas de racionamiento, pero los cortes duraban 12 en promedio. Hubo momentos y lugares donde la gente se quedó 20 horas sin luz”.
“Empezó a escasear el hielo, entonces tampoco había manera de mantener los alimentos en la nevera. Tuve que botar toda la comida que había en el freezer”, dice Corina, una joven de 27 años radicada en la isla. “Imagina tener que limpiar, lavar y cubrir tus necesidades primarias en solo cuatro horas donde tienes luz.”
El 11 de noviembre, una explosión en el Complejo Operativo Muscar de PDVSA en Monagas, el corazón gasífero de Venezuela, agudizó la precariedad de los servicios públicos de Margarita y avivó el recuerdo de los peores momentos de crisis económica en Venezuela. En esos días, el calor y la oscuridad consumieron a los margariteños mientras el gobierno central buscaba cómo restablecer el envío de gas a las plantas termoeléctricas de la isla, aunque a expensas de otras poblaciones y operaciones del Estado venezolano.
Las carencias particulares en Coche, la otra isla habitada de Nueva Esparta, no se abordaron en detalle en este reportaje.
Los testimonios en redes sociales, en la prensa independiente, y de ciudadanos margariteños contactados para este trabajo muestran cómo la comunidad tuvo que resistir esta nueva crisis consumiendo cada vez menos agua y alimentos, dependiendo de la solidaridad de vecinos y algunos negocios que tenían que deshacerse de la comida, y esperando por información sobre el regreso—al menos parcial—del servicio eléctrico.
“Con la falta de una comunicación oficial no sabes qué está pasando o cuánto va a durar la emergencia y el calor, y eso hace todo más difícil de manejar. Repercute en todo”, continúa Alberto. “En los colegios que no pueden dar clases así, en el estado de ánimo de la gente que no puede dormir, y en los negocios que no pueden operar”.
Varios entrevistados recordaron el caos generado por una emergencia eléctrica comparable en 2022, cuando se averió el gasoducto que abastece a Nueva Esparta desde el estado Sucre. En 2021, la Cámara de Comercio de Nueva Esparta (Camcomercione) señaló que las fallas eléctricas, fluctuaciones y apagones ocurren por la falta de “soluciones de fondo” al problema. Éste último episodio de crisis ha vuelto a poner sobre el tapete temas críticos para los neoespartanos: las capacidades del sector privado de disminuir los cortes eléctricos, la vulnerabilidad de los operadores turísticos y prestadores de servicios antes y durante las temporadas altas, y el estado de la infraestructura energética de Margarita y Coche.
El rastro insular de CORPOELEC
“¿Más generación? Pero si Margarita tiene suficiente generación”, comentó un experto contactado. “Tú tenías un sistema de depósito en Guamache que se alimentaba con combustible: llenabas los tanques de gasoil y así funcionaban las plantas. ¿Qué pasó con ese sistema de combustible? ¿Por qué se desmanteló el sistema alterno? Esa explicación no te la dan las autoridades”.
El experto consultado se refiere a la Central Termoeléctrica Juan Bautista Arismendi en el sector El Guamache, en la punta sur de la isla. Fue concebida para funcionar de forma dual o a “doble combustible”, con gas natural proveniente del oriente del país, o con diésel cuando se requiere mantenimiento o hay fallas en el suministro. La “esposa” de Juan Bautista, la Planta de Generación Termoeléctrica Luisa Cáceres de Arismendi, en Porlamar, también está diseñada para operar así.
El sistema dual de las termoeléctricas de momento no funciona y recuperarlo depende de “decisiones de arriba, del alto gobierno”. Una fuente en la industria hotelera de Nueva Esparta cuenta que la FANB, cuya red de Zonas Estratégicas se encarga de racionar y distribuir el gasoil, tenía suficiente combustible en Margarita para dejar las plantas operativas de haberse mantenido el sistema dual.
CORPOELEC, amo y señor de la electricidad de los venezolanos—prestador de servicios, operador y desarrollador—está entre las criaturas más oscuras del chavismo desde su fundación en 2007, cuando Hugo Chávez nacionalizó la industria. La estatal no divulga reportes anuales desde 2013. Según un viejo reportaje de la BBC, el último boletín mensual de CORPOELEC se publicó hace 15 años.
En consecuencia, indagar sobre las operaciones de CORPOELEC en lugares como Margarita supone revisar un sinnúmero de notas de prensa donde el funcionario de turno habla de sabotaje o actos vandálicos (fue Chávez el primero en 2010), aplaude que se desmalezó un parque de generación, o que se recuperó el funcionamiento de alguna planta, sin precisar cuánto estaría generando. No sabemos cuántas turbinas en los parques de “Juan Bautista” o “Luisa Cáceres” estarían funcionando—ni cuánta electricidad están produciendo—desde que PDVSA logró reactivar el servicio de gas a Margarita el 21 de noviembre.
En cualquier caso, esta vulnerabilidad parece absurda para una isla que cuenta con dos plantas termoeléctricas y un cable submarino cuya capacidad instalada, en todo su conjunto, duplica la demanda de los margariteños.
Cuando el cable submarino Chacopata-Margarita se inauguró en 2014, el portal chavista Aporrea decía que su capacidad era de 230 MW y que potencialmente aportaría hasta 500 MW “con todas las máquinas operando”, según el entonces director Jesse Chacón. En la planta Juan Bautista Arismendi, con la instalación de un segundo turbogenerador de 85 MW aquel año (y ya teniendo otras cuatro turbinas), iba a poder generar unos 206 MW. La Luisa Cáceres, con nueve turbinas en el parque, tendría una capacidad instalada de mínimo 227 MW según esta nota publicada en 2001 por Modern Power Systems, que reseña quizás el último contrato de mantenimiento que firmó la General Electric con el expropiado Sistema Eléctrico de Nueva Esparta (SENECA).
La información en fuente abierta arroja que la capacidad instalada de Margarita es de al menos 650-670 MW. De acuerdo a los números que calcula José Aguilar, especialista venezolano en electricidad, desde 2015 la infraestructura da para generar hasta 925 MW. Según fuentes consultadas, Margarita necesita solo 330 MW en temporadas bajas y 350 MW en picos altos como diciembre, o durante las fiestas de la Virgen del Valle en septiembre. Pero con la migración y la reducción de actividad económica en la isla, la demanda real podría estar por debajo de esas cifras.
Sin embargo, el chavismo celebró que volvió el servicio eléctrico de Margarita reactivando la unidad JBA-1, uno de los dos turbogeneradores de “Juan Bautista” que ofrece 85 MW. Luego del apagón que afectó a 20 estados del país el 30 de agosto, el corresponsal Dexcy Guédez señalaba que solo “Juan Bautista” (teóricamente con menos capacidad que su par) abastecía 50% de la isla. No hay información clara sobre la generación actual de la JBA-2, tampoco sobre “Luisa Cáceres” ni del aporte del cable submarino. Según El Estímulo, entre las dos plantas vienen produciendo solo 188 MW, que es apenas un quinto de la capacidad instalada según Aguilar.
“Cuando se inauguraron las dos plantas se habló de la posibilidad de exportar electricidad. Cosa que ya no va a ocurrir,” dijo un posadero. “Ahora regresamos a una normalidad que no es normal, que son fallas constantes y permanentes de electricidad en el país, y no necesariamente el caos que acabamos de vivir con la ausencia total de gas.”
‘Oposiciones‘ en La Asunción
Los testimonios dan fe del descontento en una isla cuyas autoridades buscan blindar al turista ruso, polaco y al venezolano pudiente de la realidad local, mientras que el margariteño común paga caro la escasez de agua que acompaña al racionamiento eléctrico. Corina, una de las personas entrevistadas, dice que el gobierno de Nueva Esparta se empeña en maquillar ciertas calles y zonas comerciales para el disfrute de los visitantes, pero que la calidad de vida de la mayoría sigue estancada con los recortes de luz, los precios del agua por camión cisterna, y el descuido grave de hospitales críticos como el Luis Ortega de Porlamar y El Espinal.
“No queremos inversiones como poner una tienda Zara en el Sambil. El margariteño quiere desarrollo y que esto se traduzca en beneficios básicos en el día a día”, dice Corina. “No siento que ningún político neoespartano me represente en este momento. Los llamados ‘municipios ejemplares’ son una mentira. No hay una gestión para hacer a los municipios autosuficientes”.
Morel Rodríguez, gobernador de 84 años que ocupa el cargo por quinta vez, afirmó recientemente que Nueva Esparta es el mejor estado de Venezuela, y que el pueblo sigue teniendo fe en el turismo como principal fuente de empleo.
Varios de los entrevistados señalan que desde los años 90, los políticos electos en Nueva Esparta mantienen cierta cautela en no pronunciarse demasiado sobre la inatención del gobierno central, ya que siempre han dependido de los recursos y la inversión que Miraflores asigna a Margarita y Coche. En los últimos tiempos, paralelo al chantaje y la represión de Maduro y Compañía contra múltiples alcaldías y gobernaciones donde el chavismo fue derrotado, Rodríguez se ha esforzado en normalizar el estado de la isla y no causarle estorbos a sus patrones en Caracas. Fue electo bajo Fuerza Vecinal para el actual período, uno de los partidos que dividió el voto opositor en las elecciones regionales de 2021.
Este año, Rodríguez llamó a votar por Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales citando la importancia de “mantener una relación de respeto, institucionalidad y cooperación” con Miraflores.
“Somos tres islas y aquí tenemos todo, lo único que falla son los servicios. Pero el gobierno nacional está en el camino de resolver muchos problemas”, dijo Rodríguez recientemente a Bajo La Lupa. “Tenemos agua suficiente, la seguridad del estado es la segunda mejor del país, tenemos los mejores hoteles, las playas descontaminadas, y un pueblo que aspira y sigue creyendo que el turismo es una fuente de empleo para la gente”.
Alfredo Díaz, predecesor de Morel que gobernó durante un periodo de gran inestabilidad política y crisis humanitaria (2017-2021), llegó a denunciar que la corrupción había devastado a Nueva Esparta y que los servicios de electricidad, agua potable y cloacas estaban al borde del colapso. El régimen de Maduro arrestó a Díaz el 24 de noviembre en una carretera en Portuguesa, en los días posteriores a la emergencia eléctrica, según denunció su hija en redes sociales. Díaz habría huido de Margarita meses atrás tras la arremetida post-fraude del chavismo.
Tres días después de la detención, Diosdado Cabello acusó al ex-gobernador de ser “líder de los comanditos terroristas” en Margarita y de preparar “actos de saboteo” para diciembre y enero, junto a María Corina Machado e Iván Simonovis.
La infraestructura necesaria
Ante la inestabilidad que condicionó las visitas a la isla en julio y agosto, otro episodio caótico a pocas semanas de Navidad parece obligar al sector privado a mediar con el Estado antes de otro año incierto. CORPOELEC asegura que el suministro de gas tras la explosión de PDVSA en Monagas está “solventado” y que el servicio eléctrico está garantizado para diciembre.
“Podemos invitar a todos los temporadistas a venir”, dijo el coronel Carlos Salazar, Gerente General de CORPOELEC para Nueva Esparta, tras reunirse con Camcomercione. El gremio está intentando motivar la creación de mesas técnicas donde el Estado y los privados puedan buscar soluciones en conjunto.
“No podemos seguir toda la vida apagando el incendio y poniéndole paños de agua caliente a la cosa”, dijo un operador turístico de Nueva Esparta. “Hay que trabajar en profundidad la posibilidad de energías alternativas”.
La vocería del sector privado resalta la obstinación con depender de la energía enviada desde tierra firme, y cierto entusiasmo en la oportunidad de construir una oferta de energías renovables. Se comenta que como Zona Económica Especial (ZEE), el marco legislativo de Margarita podría ofrecer beneficios fiscales y promover la inversión extranjera en tecnologías verdes. Ahí destaca la figura de Samir Al Attrach—un ex embajador de Venezuela en Emiratos Árabes Unidos que ahora encabeza la ZEE Nueva Esparta—hablando de masificar la inversión en energías renovables y alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.
El gobernador Morel Rodríguez hizo pública una carta durante la crisis de noviembre pidiendo a la vicepresidenta Delcy Rodríguez que considere instalar granjas de paneles solares en Margarita y la isla de Coche, un proyecto planteado por el embajador alemán Volker Pellet. Pero el ingeniero Miguel Lara, especialista del sistema eléctrico venezolano, indicó que los cortes se pueden resolver con las unidades del sistema eléctrico que ya existen. Los principales componentes—el cable submarino habilitado en 2014, el gasoducto, las centrales térmicas—no están dañados y se encuentran operativos.
“¿Por qué no se busca recuperar la generación que usa gas, algo que es más rápido y económico que lo propuesto por el gobernador? ¿La propuesta de los paneles solares se impulsaría con dinero propio o del gobierno alemán, o quiere que el Estado lo financie con el dinero de los venezolanos?”, se pregunta Lara.
“Si tienes cuatro carros que te funcionan bien con gasolina, y quedan inoperativos por descuido o una falta transitoria, ¿la solución es comprarte un carro eléctrico cuando tu cuenta de banco está mal y no tienes como pagarlo?”
Lara señala que los esfuerzos deben concentrarse en reforzar la infraestructura que ya existe. Por ejemplo, mientras que el cable submarino tiene capacidad de operar a 230 kV, la línea Casanay-Chacopata que lo alimenta funciona a 115 kV. Según él, lo más rápido y económico para aprovechar la capacidad máxima del cable sería culminar proyectos inconclusos para que la línea y el cable submarino puedan funcionar a 230 KV. Otra obra prioritaria sería ampliar el sistema de transmisión del Guri hacia el resto del país, que estando copado cubre cerca del 70% de la demanda nacional.
“Para poner las cosas a funcionar tienes que cambiar el actual modelo de gestión”, recalca el ingeniero Lara. “CORPOELEC está al servicio de un proceso político que no ha funcionado ni va a funcionar”.
El servicio eléctrico ha regresado desde que PDVSA restableció el envío de gas a las termoeléctricas de Margarita, pero redujo el suministro a la producción petroquímica en el Complejo Jose, provocando una grave escasez de gas doméstico según Bloomberg. Mientras tanto, la producción petrolera en el norte de Monagas (aislada desde la explosión en Muscar) quema y desperdicia gas asociado a la extracción de crudo en niveles históricos. Margarita seguirá siendo vulnerable y propensa a cortes si no se atienden las fallas crónicas de mantenimiento y gestión en PDVSA y CORPOELEC.
“Aquí tendrá que haber una solución”, dice Alberto. “Sé que tendremos luz en esta temporada decembrina, pero sé también que somos frágiles, y que si hay otra explosión, nos volvemos a quedar sin luz. Lógico”.
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