César Andrés Meneses: desaparecido a veinte días de su traslado

Su madre, Damelis Meneses, lo vio por última vez el 31 de agosto cuando fue trasladado desde Maturín hacia un rumbo desconocido

Nombre: César Andrés Meneses
Año de nacimiento: 2005
Fecha de detención: 29 de julio de 2024
Zona: Maturín, Monagas
Profesión y oficio: estudiante de derecho

A César Andrés Meneses, de 19 años, lo detuvieron el lunes 29 de julio en Maturín, capital del estado Monagas. Él no participaba en ninguna protesta, pero cerca de donde se encontraba había un despliegue policial. César estaba llevándole medicinas a una compañera de trabajo. “Apúrate, que por acá se escucha que están lanzando lacrimógenas”, le dijo a su compañera. Minutos después, al ver que avanzaban los funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), César echó a correr y los agentes lo capturaron. 

Su madre, Damelis Meneses, conversó con César entre el 29 de julio y 31 de agosto en las instalaciones de la División de Investigaciones Penales de la PNB en Los Guaritos, Barrio Libertador en Maturín. Sin embargo, ese día, luego del traslado de 29 personas desde Maturín hacia un rumbo desconocido, Damelis no ha vuelto a escuchar la voz de César, quien fue imputado por terrorismo, obstaculización de vía pública e instigación al odio. 

“Yo no sé dónde tienen a mi hijo. A él lo trasladaron el 31 de agosto pero no nos dijeron para dónde lo llevaron. Ya se cumplieron los 45 días [de investigación judicial] y yo no tengo respuesta de ningún ente oficial”, afirmó su madre. 

“Mi hijo es estudiante de derecho de la universidad Gran Mariscal de Ayacucho. Desde pequeño yo le enseñaba a ser una buena persona. Actualmente sufre de problemas respiratorios, ¿cómo van a decir que alguien así es terrorista y busca atentar contra la estabilidad del país? No tiene sentido”, explica Damelis.

Damelis es abogada penalista con más de 25 años de experiencia y docente, por lo que intentó juramentarse como defensora del caso de su hijo. Viajó a Caracas hasta en seis ocasiones, pero fue ignorada y maltratada por los funcionarios que la atendieron. Al principio le decían que volviera la siguiente semana, hasta que le dijeron que no podrían darle información del caso y tampoco podría reunirse con el juez o la defensa pública que lleva la causa de su hijo.  

“Yo fui a llevar el documento en el que mi hijo me nombraba como abogada defensora de su causa. No lo aceptaron. La secretaria del tribunal 3ro de control contra el terrorismo me dijo que esa semana no se podía, que fuera la siguiente semana y la respuesta fue similar. Hasta que me maltrató y me preguntó que por qué insistía tanto en ese caso. Cuando le dije que yo era la madre se quedó callada”, relató Damelis. 

Ahora, con los 45 días de investigación cumplidos, tiene la esperanza de que su hijo sea puesto en libertad, pero también tiene temor porque desconoce su paradero, así como el estado de su salud física y mental. “Así como yo, hay muchas madres de acá que no saben donde están sus hijos. Algunas dicen que ellos están bien, pero yo no puedo afirmar eso hasta que no sepa de verdad del estado de salud de mi muchacho”, confesó. 

Damelis, la madre de Cesar, visita Caracas por séptima vez para obtener información de la ubicación de su hijo.

La voz de Damelis no se quiebra mientras de su búsqueda. Confiesa que no ha recurrido a organizaciones que la puedan apoyar porque creía que eso podría afectar el caso de su hijo y confiaba en que, como abogada, podría resolver prontamente lo que ocurría. A estas alturas entiende que la situación es más compleja de lo que parece. 

Asegura que en Maturín hay muchos más casos como este, pero que los familiares han decidido mantener silencio para evitar represalias. “No existe ningún tipo de elemento criminalístico para inculpar a esos muchachos. Es una violación flagrante de derechos el hecho de que no se le dé información a la mamá de la persona. Es algo terrible”.

A pesar de todo, insiste en viajar a Caracas y exigir que le indique dónde está recluido su hijo y que se le permita verlo. Aunque no pierde la esperanza, sabe que ha pasado mucho tiempo y teme en qué condiciones puede encontrarse el joven. 

Este artículo fue publicado originalmente en Efecto Cocuyo y editado y republicado por Caracas Chronicles gracias a la alianza de medios #VenezuelaVota y #LaHoraDeVenezuela.