Maduro está mejorando sus números con gasto público focalizado

Hablamos con el encuestador Félix Seijas sobre lo que indican las encuestas a 50 días de las elecciones: ¿Puede ganar la oposición?

Para Félix Seijas, doctor en análisis de datos complejos y director de la encuestadora Delphos, los miedos o las presiones sociales no inciden particularmente en los resultados de las encuestas en Venezuela: “en ningún momento hemos encontrado ninguna señal de que la gente tenga miedo de responder lo que piensa”, dice, “Es decir, la gente es bastante sincera a la hora de responder las entrevistas”. De hecho, sus encuestas pueden poner incómodos a algunos: la población está dispuesta a votar en julio, explica, pero el chavismo ha ido creciendo en las encuestas por medio del gasto focalizado en sus bases. Y la oposición, aunque aumenta y se ha vuelto a cohesionar, todavía tiene retos importantes: incluyendo los pedacitos, tan cruciales cuando se necesita una ventaja importante, que arrancan los candidatos “de tercera vía”. Conversamos con Seijas sobre lo que apuntan las encuestas a cincuenta días de las elecciones:

Has dicho que las primarias despertaron de nuevo el interés político en la población, la movilización e incluso nuevas esperanzas en el electorado tanto de renovación como de cambio político. ¿Puedes elaborar un poco sobre esto?

Veníamos de un proceso en el la estructura realmente opositora, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), había colapsado después de los intentos de años anteriores, de una manera bastante aparatosa. Esto dejó a la gente huérfana, digamos. No tenían referente que dirigiera los destinos de la oposición y al aproximarse unas elecciones, la gente sentía que esas elecciones no iban a ser competitivas. La primaria hizo que la gente sintiera que había una cierta estructura de nuevo, conformándose quizás sin un nombre específico, pero un esfuerzo unitario. Y todo salió bastante bien. La Comisión Nacional de Primaria estaba llena de nombres de personas respetables. El debate que hubo en la UCAB transmitió buena vibra, digamos. Entonces el ánimo por la posibilidad de batallar en elecciones renació rápidamente.

Has dicho repetidas veces que el elemento legitimador para los votantes opositores es el concepto de unidad. Y aunque la primaria logró recomponer a la oposición en un solo polo, de nuevo se habla mucho ahora en día de lo necesario que es que el candidato opositor, en este caso Edmundo González Urrutia, tenga el aval de la ganadora de la primaria. ¿Entonces, qué apuntan las encuestas sobre esto? ¿Hoy unidad pasa también por tener el aval de quien ganó las primarias?

Sí, por supuesto. Es que precisamente lo que rescata la idea de la unidad fue la primaria, la primaria tuvo un ganador. El opositor siempre necesitaba algún piso que legitime los liderazgos y eso lo hizo un proceso que la gente entiende como unitario y que ganó María Corina Machado. Por supuesto que ella pasa a tener un peso específico muy importante dentro de esto que se llama unidad.

¿Pero más allá de ello, en qué se diferencia el fenómeno de María Corina Machado, además de ser mujer, de las candidaturas y liderazgos anteriores en la oposición, por ejemplo, Henrique Capriles, Juan Guaidó, Manuel Rosales?

Fíjate que yo no le veo tantas diferencias, ¿no? Es un contexto distinto porque ya ha habido una experiencia previa (las primarias que ganó Capriles) y todo lo que hemos venido viviendo. El chavismo está más desgastado, es derrotable electoralmente hoy en día. Eso no sucedía cuando Capriles fue candidato. Guaidó no llegó a ser candidato. Él representaba otra cosa dentro de la estructura unitaria, fue un líder en el momento, también legitimado por acuerdos unitarios. Le tocaba ser presidente de la Asamblea Nacional. María Corina es la persona que simboliza la posibilidad de cambio. Eso también lo representaron Capriles y Guaidó, desde ese punto de vista no hay mucha diferencia. La gran diferencia, como tú dices, es que primero es mujer y segundo el contexto en el que estamos, con el chavismo viviendo un mal momento a nivel de apoyo popular.

Además de la censura mediática. Capriles, en su momento tuvo el apoyo de Globovisión, por ejemplo.

Claro, y de hecho Capriles fue el primer político que fue censurado en todos los medios luego de la segunda elección que vivió.

¿Y María Corina, a nivel de popularidad, ha llegado a los picos que llegaron a tener estos candidatos en su momento?

Sí, desde que ganó la primaria alcanza esos picos y los ha venido transfiriendo a Edmundo González.

Según las encuestas de Delphos, alrededor de 80% de los venezolanos tienen disposición a votar y un 70% considera que no se debe abandonar la ruta electoral. ¿Podemos esperar que estos resultados se traduzcan en participación en votos y en los mismos porcentajes para la oposición si, por ejemplo, el gobierno inhabilita a Edmundo González o elimina las tarjetas de la oposición del tarjetón?

Son problemas distintos. La participación efectiva termina siendo un poco menor que lo que dicen las encuestas. También esos números son de la participación del porcentaje de personas que están inscritos en el registro electoral que vive en Venezuela. Es decir, un 73%, 75% de participación significaría un 60% del registro electoral, por la cantidad de gente que está fuera de Venezuela que va a ser una abstención mecánica. El tema de eliminar la tarjeta o eliminar a Edmundo es más práctico. Imagínate que eliminen la tarjeta de la unidad, por ejemplo, faltando unas cuatro semanas para la elección después que se ha hecho un despliegue completo de por qué tarjetas hay que votar, que esa tarjeta existe, de quién es en el candidato. Bueno, habría que informar a la gente que esto ha sucedido. La tarjeta va a seguir estando en el tarjetón porque ya no se puede eliminar con la cara de Edmundo González y muchos votos nulos se irían por allí.

¿Cuántos votos nulos?

Bueno, mientras menos se pueda transmitir la información de lo que ocurrió, más votos nulos se podrán ir por ahí.

Estamos a 55 días de las elecciones y la mayoría de las encuestas muestran una brecha importante entre Edmundo González y Nicolás Maduro. He visto varias que apunto más o menos un 50% para Edmundo y un 30% para Nicolás Maduro. ¿Delphos apunta a ese mismo panorama?

Sí, por ahí están los números. La pregunta hace un año, cuando estaba en 18%, era: ¿subirá o no subirá? Hoy está alrededor de 26%, 27%. Se está acercando a su techo de 30%. Si ellos logran eso, habrán hecho parte del trabajo; el resto es bajar el voto opositor a través de, por ejemplo, ingeniería electoral, desanimando al votante, convenciendo a la gente que no vale la pena votar. La oposición también tiene que hacer el trabajo de animar a la gente y mantener ese ánimo alto.

¿Cómo el chavismo ha logrado subir sus porcentajes si el gasto público ha estado tan reducido en los últimos meses? No sucedió el aumento que se esperaba de gasto público.

Porque precisamente ellos saben que tienen un techo de un 30%. Es su parte blanda la que estaba desmovilizada, con la que había una desconexión importante. Prácticamente la mitad del chavismo. Y ellos han venido haciendo un trabajo muy focalizado. Es decir, no es una campaña paragua. No es una campaña general. No es un gasto público generalizado. Ellos están atacando precisamente a quienes tienen que atacar: por ejemplo, los evangélicos. ¿La gente se pregunta por qué hacen tanto trabajo con los evangélicos? Resulta que los evangélicos son el 25% del voto del chavismo y es una de las parte más desanimadas.

En el último foro Perspectivas de Ecoanalítica, dijiste que más de 20% del chavismo duro cree que es necesario un cambio y en el chavismo blando, el porcentaje era de hasta el 71%. ¿Pero qué representa un cambio para el chavismo? ¿Es lo mismo que para los opositores? Porque además hay un porcentaje importante, más o menos un 15% de chavismo crítico, que estaba altamente dispuesto a participar en la primaria.

Sí, de hecho muchos participaron porque también tenemos mediciones de eso. Un porcentaje pequeño del chavismo blando, que votó por María Corina, además. Pero claro, para el chavista también hay un espectro más o menos amplio de cómo ellos visualizan un cambio. Para algunos es dentro del mismo chavismo con Maduro al frente, pero cambiando políticas, para ser más efectivos. Para otros un cambio de persona, pero dentro del mismo chavismo. En el chavismo blando también puede haber estas visiones, pero ese espectro está dispuesto a considerar otras opciones si aparecen. El asunto es que todavía ellos consideran que las opciones que hay fuera del chavismo no los convencen.

Y del otro lado vemos, según las encuestas de Delphos, por primera vez de 2019, que después de la primaria, el mayor bloque autoidentificación en el país es opositor. Si pareciera haber una polarización de nuevo en el ambiente electoral, ¿qué tanta vida llevan terceros candidatos como el Conde del Guácharo o Antonio Ecarri?

En los momentos en los que la gente siente que existe una posibilidad de cambio, las personas que se auto-identifican como opositores aumentan normalmente y los opositores duros aumentan también. Eso está sucediendo en este momento. Es consecuencia de la primaria, porque trajo de nuevo la idea de que puede existir un cambio, en esta oportunidad a través del voto. Uno puede decir que las candidaturas fuera de estos dos polos son pequeñas porque los números son pequeños, pero son números importantes en un contexto en el cual la oposición necesita una ventaja muy amplia para que para poder asegurar una elección en cuanto a números. Todas las opciones [ajenas a los dos polos] pueden llegar a un 8 o 9% sumadas entre sí. Eso se puede ver poco, pero un 8% es bastante cuando otros lo necesitan.

Puede definir la elección. También por años el PSUV ha sido el de mayor aprobación como partido individual, pero algunas encuestas recientes que ponen a Vente en esa posición. Considerando el auge de María Corina Machado, sobre todo en las regiones, ¿Delphos apunta a lo mismo?

No, lo que ha ocurrido es que Vente ha subido, por supuesto, en menciones como partido de oposición. En este momento es el primer partido de oposición. Pero tampoco que esté muy lejos de los tradicionales como Acción Democrática, que siempre venía siendo el segundo partido, y Primero Justicia, siempre por ahí cerca. Pero como partido sigue siendo el PSUV y por un margen importante.

¿De cuánto es la diferencia?

Bueno, el PSUV todavía tiene un 20-22% de personas que dicen simpatizar con el
con el partido. Vente estará por un 9-10%.

Las encuestas muestran que la popularidad de Maduro y la percepción de situación del país mejoraron en el momento que la economía creció a finales de 2021 y gran parte de 2022 hasta principios del 2023, y luego cayeron de la misma manera que cayó la economía. ¿Qué tanto están definiendo el descontento que hay ahorita la impopularidad del Gobierno y el auge de María Corina Machado como candidata del descontento?

En aquel momento lo que hizo esto fue reconectar con el chavismo blando. Luego en 2023 vuelve a caer. Pero el chavismo ha logrado reconectar de nuevo con el chavismo blando. Si hablas con economistas, pues los economistas dicen que sí, que el gasto sí ha aumentado el gasto público, sólo que no ha aumentado de manera global y desordenada, sino que está siendo muy, muy focalizado. Entonces sí, es a través de la economía que ellos están reconectando con su gente.

Muchos políticos o activistas han dicho que una victoria del chavismo del 28 de julio significará otra oleada migratoria para la región. ¿Qué dicen las encuestas? ¿La gente tiene intención de emigrar si vuelve a ganar Maduro o si se adjudica la victoria?

En este momento, cerca del 20% de los venezolanos dice que tiene intención de irse del país.De ese 20%, aproximadamente un 60-65% dice que terminaría yéndose si la victoria de Nicolás Maduro se concreta. Esto puede ir desde simplemente ser un deseo hasta gente que está haciendo realmente los trámites. Pero ya ese número te dice algo. Sí hemos medido si está decisión se intensifica o disminuye dependiendo del resultado electoral, y sí hay una correlación importante de personas que dicen que se va si gana el chavismo y en verdad se termina yendo.

Tony Frangie Mawad

Tony (1997) is one of Caracas Chronicles' editors, where he writes since 2016. He graduated in Journalism and Political Science from Boston University in 2021. Since then, he has written at Bloomberg, The Economist, Politico and others.